Luis esmedes sentía rencor. Después de la forma como lo había tratado Leo Sedman, el entrenador de futbol, Luis pensaba que tenía derecho a sentir hostilidad hacia él.
Sucedió al final del periodo de gimnasia. Todos los muchachos se bañaron, con excepción de Luis. Después de que todos estaban en el cuarto de baños, se desvistió rápidamente y se envolvió en una toalla. Luego se quedó en la puerta por algunos minutos
.
Cuando calculó que estaba seguro, fue a su ropero escolar y comenzó a vestirse. El problema consistía en que Luis es muy flaco y más bajo que sus compañeros, y por eso pensaba que se reirían de él si lo veían desnudo. Pero mientras se vestía, el entrenador Sedman acertó al pasar por allí. Miró a Luis y noto que la toalla estaba seca.
He estado observándote Esmedes Le gritó, Créeme muchacho que no te dejare desobedecer los reglamentos impunemente. Yo te enseñare a no hacer trampa con el baño, Quítate la ropa y metete al agua ahora mismo.
Para entonces los demás muchachos ya se habían bañado. Se reunieron alrededor de Luis y se quedaron mirándolo con la boca abierta. Se quito los pantalones y corrió al baño mortificado por haber sido avergonzado delante de sus compañeros.
Luis escribió acerca de este incidente. Muchos años después:” EL entrenador sabía lo que estaba haciendo; y no puedo perdonarlo. Eras culpable, Leo Sedman, y yo te odiaba. Como te odiaba.
Después de llevar ese rencor durante muchos años, Luis finalmente decidió que la única persona a quien estaba perjudicando era a él mismo. Decidió perdonar, una de las cosas más difíciles que había hecho en su vida.
En su libro, Perdona y Olvida, Luis llama a este acto de perdonar a su entrenador, “La cosa escandalosa Imposible”
“Si queremos desprendernos del rencor, tendremos que hacer la cosa escandalosa imposible, y perdonar". Perdonar es difícil, pero podemos lograrlo con la ayuda de Dios”
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