on
Los párrafos que siguen, muy oportunos, fueron difundidos mediante el correo electrónico por el Dr. Ismael Castillo, Rector de la universidad Montecarlos, México

Cuando te levantabas esta mañana, te observaba y esperaba que me hablaras, aunque fuera unas palabras, aunque fuera unas cuantas palabras, preguntando mi opinión o agradeciéndome por algo bueno que te haya sucedido ayer.

Pero noté que estabas muy ocupado buscando la ropa adecuada para ir a trabajar.

Seguí esperando de nuevo, mientras corrías por la casa arreglándote; supe que habría algunos minutos para que te detuvieras y me dijeras hola, pero estabas demasiado ocupado.

Te observé mientras ibas rumbo al trabajo y esperé pacientemente todo el día, con todas tus actividades supongo que estabas demasiado ocupado para decirme algo, pero está bien... aún queda mucho tiempo.

Después encendiste el televisor, esperé pacientemente mientras veías televisión, cenabas, pero nuevamente te olvidaste de hablar conmigo y nada.

A la hora de dormir, creo que ya estabas muy cansado. Después de decirle buenas noches a toda tu familia, caíste en tu cama y casi de inmediato te dormiste.

No hay problema porque, quizás no te das cuenta, de que siempre estoy ahí para ti. Tengo mal paciencia de la que te imaginas.

También quisiera enseñarte como tener paciencia para con otros.

Te amo tanto que espero todos los días por una oración, un pensamiento o un poco de gratitud de tu corazón.

Bueno, te estás levantando de nuevo y otra vez esperaré sin nada más que mi amor por ti, esperando que el día de hoy me dedique s un poco de tiempo.

¡Que tengas un buen día!

Tu amigo JESÚS

0 comentarios:

Publicar un comentario